Las inundaciones en Valencia han dejado cientos de fallecidos y cientos de desaparecidos, convirtiéndose en una de las peores catástrofes naturales en la historia reciente de España. Las lluvias torrenciales se intensificaron rápidamente, resultando en inundaciones severas y pérdidas humanas significativas. Las precipitaciones excepcionales fueron uno de los factores clave detrás del desastre.
Con una magnitud de 7,8 grados en la escala de Richter la tierra tembló bajo los pies de millones de personas mientras contemplaban atroces cómo se desplomaban sus hogares dejando en pocos segundos un panorama desolador. En Gaziantep, el epicentro, la población supera los dos millones de personas. En otras ciudades cercanas como Adiyaman, Diyarbakir o Malatya, los espacios totalmente arrasados se asemejaron a un escenario de guerra.
En febrero de 2022, Rusia decide optar por la violencia frente a la diplomacia e invade físicamente las fronteras de Ucrania, atacando su territorio con las armas e iniciando una guerra que causa la pérdida de innumerables vidas humanas, pérdidas materiales y catastróficas consecuencias internacionales. La población civil, especialmente la más pobre, es la que más sufre las cruentas consecuencias de la guerra.
El volcán de Cumbre Vieja de la Palma entro en erupción súbitamente, produciendo una situación de emergencia que destrozó la vida de miles de personas, produciendo muertes, pérdidas materiales y dejando a muchas familias sin hogar y sin recursos para su sustento, en una situación de total desesperación.
En América Latina, comenzó una tragedia humanitaria muy grave cuando un gran número de desplazados, tratando de sobrevivir con lo mínimo y sufriendo las carencias más graves, partían de Colombia y Venezuela, y acababan en Lago Agrio, en Ecuador, donde un asentamiento provisional comenzó a congregar a un gran número de personas exiliadas, sin lo mínimo con lo que cubrir sus necesidades básicas.