El desplazamiento de los millones de migrantes internos en India
08/04/2020
El numero de migrantes internos en la India supone 139 millones de personas. Proceden la mayoría de los Estados de Bihar y Uttar Pradesh, cuya población alcanzan cada uno 105 millones en Bihar y 200 millones en Uttar Pradesh, el Estado de India más poblado, y se instalan en las grandes ciudades del país como Mumbai, Delhi, Hyderabad, Chennai... Los factores que provocan estas migraciones son la pobreza, la falta de oportunidades laborales, el desempleo, las malas condiciones económicas, el agotamiento de los recursos naturales, las calamidades naturales, la escasez de tierra cultivada, la distribución desigual de la tierra, la baja productividad agrícola, etc. Llegan a las grandes metrópolis en busca de un trabajo, el que sea, que la mayoría de ellos consigue.
El primer ministro indio, Narendra Modi, ordenó el cierre nacional el 24 de marzo, para prevenir la propagación del COVID-19. Este cierre limita el movimiento de 1.370 millones de personas durante 21 días. Desde entonces, estos trabajadores indios han iniciado un éxodo desde estas ciudades, sobre todo Delhi y Mumbai, hacia sus poblados de origen.
La noticia del cierre nacional llegó con apenas cuatro horas de antelación. Debido al confinamiento, los trabajadores migrantes no pueden alimentar a sus familias, pagar sus alquileres o sobrevivir en las ciudades. El bloqueo afecta especialmente a las actividades de construcción, manufactura, restauración, viajes y ayuda doméstica. Ahora, millones de indios sin trabajo luchan por volver a sus lugares de origen. Cientos de miles se ven atrapados en las estaciones de autobuses, y emprenden camino a pie hacia sus pueblos, a cientos de kilómetros de distancia. El confinamiento súbito a causa del coronavirus los ha dejado sin alimento y sin medios de transporte. Las aglomeraciones en este éxodo masivo no se han hecho esperar, y estos trabajadores carecen de cualquier red de protección social.
Los jefes de gobierno de estos Estados se han mostrado contrarios al éxodo, por miedo a que éste provoque una propagación del virus por todo el país. Pero en otras grandes ciudades, como Jaipur, Lucknow o Bombay, se registran concentraciones parecidas. Las personas tratan de estar en su casa en tiempos de crisis, porque es psicológicamente traumático estar fuera durante un desastre. Muchos de ellos tienen que caminar cuatro o cinco días para llegar a su destino. El viceministro de Delhi, Manish Sisodia, dijo: "Miles de personas caminan y desde la mañana, les hemos proporcionado autobuses. Algunos se van porque no les queda comida, pero la mayoría se van porque quieren estar en casa con sus familias en un momento como éste".
Los refugios en las fronteras de Delhi ya están llenos. La mayoría de los desplazados tienen solo un paquete de ropa, que llevan junto con paquetes de plátanos. Casi ninguno usa mascarilla para evitar el contagio, lo que favorecerá que el virus llegue hasta el último rincón de India.
El Indian Express reflexionaba: "A pesar de todo lo que se habla sobre la globalización en los últimos 30 años, la crisis actual es la primera verdaderamente global. Comenzó en China, que solía ser sinónimo de pobreza, pero ahora es una superpotencia económica. India acaba de comenzar su viaje en la escala de infecciones, y en los próximos tres meses se dirá si el sistema de salud pública y la maquinaria del gobierno pueden proteger al público. Pero esto no es nada como una guerra. No hay ningún enemigo visible al que puedas atacar. Somos nuestros propios enemigos. Cualquiera de nosotros podría estar llevando y propagando el virus. [...] El cierre se inició el domingo pasado y luego se aceleró, pero nadie parece haber comprendido la morfología de la sociedad. Los pobres no pueden permitirse el distanciamiento social. Si no pueden trabajar en los metros, tienen que huir a sus hogares rurales".
Fundación Juan Bonal y las Hermanas de la Caridad de Santa Ana trabajan intensamente en India, al igual que en el resto del mundo, para hacer frente a esta emergencia humanitaria y dar respuesta a las necesidades urgentes que surgen, asistiendo a los más vulnerables. Han empezado a repartir alimentos y ofrecer atención a quienes lo necesitan. La Hermana Primi Vela escribía hace unos días una carta en la que recordaba el valor de la solidaridad en estos difíciles momentos.
La Fundación y las Hermanas seguirán luchando por la dignidad de la persona, eje fundamental de su labor social.
***
Fundación Juan Bonal mantiene abierta una campaña de ayuda a las víctimas y afectados por el COVID-19 más vulnerables.
Colabora y asume esta responsabilidad con nosotros.
Puedes hacer tu donativo en esta cuenta del Banco Santander:
ES68-0075-0006-04-0702713158 > Especifica el concepto "Campaña frente al COVID-19", por favor.
El importe íntegro de las donaciones será destinado a ayudar a las víctimas del COVID-19 en las misiones de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana en todo el mundo.
Más información:
www.fundacionjuabonal.org
https://colaborador.org/proyectos/
Fundación Juan Bonal es expresión de solidaridad.