Fundación Juan Bonal con la celebración del Día Internacional del Migrante.
18/12/2013
Tanto los miles de personas a las que la Fundación asiste, como las propias Hermanas de la Caridad de Santa Ana que atienden las misiones repartidas por todo el mundo, son migrantes. Todos comparten el sentimiento de vivir fuera de su país de origen.
La migración internacional ha crecido de manera notable desde el comienzo de este siglo y se calcula que en la actualidad unos 232 millones de personas buscan en países distintos al suyo nuevas oportunidades de mejorar su vida y desarrollar sus conocimientos. Alrededor de la mitad de ese colectivo son mujeres.
Los Estados miembros de Naciones Unidas reconocieron por unanimidad en 2013 la contribución importante de la migración al desarrollo y llaman a una cooperación más amplia para afrontar los retos de la migración irregular y facilitar un flujo de personas seguro, ordenado y regular. La Declaración también enfatiza la necesidad de respetar los derechos humanos de los migrantes y de promover las normas internacionales de trabajo. Además, condena de manera firme las manifestaciones racistas e intolerantes y resalta la necesidad de mejorar la percepción pública sobre los migrantes y la migración.
El Secretario General, Ban Ki-moon, manifestó que "la migración es una expresión de la aspiración humana por la dignidad, la seguridad y un futuro mejor; es parte del tejido social, de nuestra condición como una familia humana". Los Estados Miembros de la ONU, así como organizaciones intergubernamentales y no-gubernamentales, celebran este Día Internacional difundiendo información sobre los derechos humanos y libertades fundamentales de los migrantes, el resultado de sus experiencias y nuevas medidas que pueden implementarse para protegerlos.
A través de Fundación Juan Bonal se atienden diariamente más de 300 centros, en más de 30 países repartidos por todo el mundo. Estos centros están gestionados por las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, mujeres que conocen bien la experiencia de la migración. Como migrantes, han sentido la separación de su lugar de origen y conocen de primera mano las necesidades y carencias de quienes acuden a sus centros en busca de ayuda. La Fundación, por medio de la importantísima labor de estas mujeres, se esfuerza día a día para mejorar la situación de quienes han tenido que migrar, y garantizar la cobertura de sus necesidades con dignidad y esperanza.