Un espacio de seguridad y afecto para los niños de Vladivostok
11/03/2020
Fundación Juan Bonal y las Hermanas de la Caridad de Santa Ana mantienen en el extremo oriental ruso una misión muy especial. Se ubica en Vladivostok, un lugar muy alejado de la capital y en una zona donde la población carece de recursos, el desempleo es muy alto y existe un grave problema de alcoholismo que desestructura las familias.
En este contexto, los niños sufren violencia doméstica, no reciben una adecuada educación y carecen de lo más básico. Sufren y no viven su infancia como deberían hacerlo.
Por eso, la Hermana Alicia decidió impulsar aquí el proyecto de Tropinka, un centro en el que los niños acuden para encontrar un remanso de paz, sentirse seguros y volver a ser niños. En Tropinka juegan, ríen, hacen manualidades, tienen amigos, cantan, dibujan, pintan... Durante el tiempo que están entre sus paredes, su vida se vuelve normal, gracias al esfuerzo y el cariño de las Hermanas.
Para unos niños que no han recibido la suficiente atención, e incluso han sido víctimas de la violencia y la agresión, Tropinka lo cambia todo. Ahora tienen esperanza, ilusión y sueños: quieren ser arquitectos, bailarinas o profesores, anhelan reencontrarse con sus amigos, disfrutan aprendiendo... Esto les acerca un poco más a lo que viven los niños en entornos saludables, y lo que tienen derecho a vivir y disfrutar estos jóvenes.
Gracias a la contribución de padrinos, madrinas y colaboradores, Fundación Juan Bonal y las Hermanas de la Caridad de Santa Ana logran mantener y potenciar lo que ya se ha convertido en un pilar de seguridad y humanidad para el desarrollo de las futuras generaciones de este lugar.
Fundación Juan Bonal es expresión de solidaridad.
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