Casa Juan Bonal, un hogar donde ser niños y crecer con amor
22/01/2020
El Alto es una planicie árida y pelada que se encuentra encima de La Paz, con el telón de fondo de los Andes. Su altura conlleva frío constante durante todo el año.
Las calles son largas y anchas, las principales empedradas. Por ellas discurren las alcantarillas al descubierto, como dos grandes zanjas laterales por las que corre el agua. Las casas son de adobe. Por la calle deambulan perros, cerdos, burros, gallinas...
La Casa Juan Bonal está hecha de ladrillo, con plantas y un gran cartel con las manos solidarias del logotipo de Fundación Juan Bonal.
La lavandería no deja de funcionar en todo el día. Los niños se ensucian al jugar y disfrutar de su infancia, y en estas calles es difícil tener los zapatos limpios, aunque ellos se los limpian con orgullo y se cambian de ropa todos los días. Siempre hay prendas para coser, la costura nunca acaba.
Aquí viven niños de entre 3 y 16 años, y acuden al colegio, en cinco centros distintos y con diferentes horarios, pero todos se encuentran a la hora del almuerzo en el colegio Fe y Alegría Luis Espinal, en el que trabajan las Hermanas.
Estos niños son huérfanos o sus padres no pueden mantenerlos. Aquí aprovechan sus estudios, una oportunidad que no todos tienen a su alcance. En esta casa se ha logrado un ambiente de confianza, orden y estudio muy familiar.
La labor de Fundación Juan Bonal y de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana es vital en este lugar, y día a día logra devolver la sonrisa a muchos niños necesitados.
Fundación Juan Bonal es expresión de solidaridad.
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