Tropinka, un sendero a la esperanza
18/02/2019
Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana abrieron el centro de atención infantil Tropinka ("sendero", en ruso) para atender las necesidades de unos niños que hoy devuelven gratitud y alegría, y se desarrollan con optimismo hacia su vida adulta.
El proyecto se realiza en Romanovka, pueblo situado en el territorio krai de Primorie, el más al sur del Distrito Federal del Lejano Oriente. Aquí, la Hermana Alicia gestiona el primer centro de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana en el país, y tuvo que "abrir camino", como ella misma dice, salvando grandes dificultades.
El objetivo del Centro es ofrecer un lugar de descanso seguro a los niños y niñas de entre 6 y 16 años que tienen problemas de desestructuración familiar, motivados casi siempre por el alcoholismo. Las necesidades más importantes son el cuidado, la atención, el descanso psicológico, la alimentación y la higiene. La Comunidad se enfrenta a dificultades, como las grandes distancias, la escasez de recursos o la reticencia social y religiosa.
El problema del alcoholismo y la falta de recursos son dos de los factores que están afectando más seriamente a la salud familiar y social en Rusia. Este problema afecta especialmente a las regiones más alejadas de Moscú, y dramáticamente a las zonas rurales. Los niños que crecen en las familias más afectadas son un grupo de alto riesgo.
Con este proyecto, Fundación Juan Bonal y las Hermanas de la Caridad de Santa Ana ofrecen, desde el año 2009, un lugar seguro para los niños y jóvenes, colaboración a su educación, ayuda económica e integración social. Se trata de la continuación y actualización del programa de atención social que las Hermanas venían haciendo en la zona desde 1998. Hoy, el Centro Infantil Tropinka constituye un importante apoyo para los niños afectados por esta realidad tan dura que les ha tocado vivir. En 2013, se compró un local anexo y se amplió el nuevo Centro Tropinka, que hoy atiende a decenas de niños, entre 6 y 16 años, con diferentes problemáticas, relacionadas con el alcoholismo de los padres, violencia, pobreza o desintegración familiar.
El Centro se financia fundamentalmente con la ayuda de la Fundación Juan Bonal, pero sin el apoyo de los padrinos, colaboradores y amigos que han prestado atención a esta necesidad y han colaborado con sus gestos solidarios, el centro no sería hoy una realidad. Gracias a todos ellos, este proyecto está haciendo posible cambiar la realidad y mejorar drásticamente las vidas de estos niños.
Fundación Juan Bonal es expresión de solidaridad.
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