Expresión de solidaridad

Bhooth Pada, un "lugar embrujado de espíritus"

25/01/2019

25/01/2019 Bhooth Pada, un

Los aborígenes de la India, los adivasis, han sido víctimas de la explotación económica y social y la marginación. Los terratenientes que se hicieron con la propiedad de las tierras les negaron el acceso a los recursos por medio de la violencia y la coerción. Estos colectivos tribales son hoy la población más pobre de India, y viven repartidos por todo el país.

La Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana en India está presente en zonas tribales (Gamits, Gond, Rabari, Bhils, Bhumias, Baigas...), asistiéndolos en sus  necesidades básicas: nutrición, salud y educación.

El Estado de Maharashtra es uno de los que tienen un mayor números de adivasis. En este Estado está la antigua ciudad de Dahanu. El mayor problema al que se enfrentan aquí es la mala nutrición, afectando sobre todo a un gran número de niños.

En los suburbios de Mumbai, se encuentran los Centros Hogar para niñas y niños de Ankur, en Mira Road, y Dilkush, en Gorai. Están muy cerca uno del otro, a una media hora de viaje en jeep. Todo el camino es de naturaleza viva, bosques, arboles, grandes extensiones de terreno virgen, y palmeras y arbustos. Muchas veces, las Hermanas han pasado por el lugar, yendo de un Hogar al otro, y no los han visto, pues la espesa vegetación los ocultaba.

Los adivasis de Dahanu viven en un poblado de 142 chozas construidas con hojas y ramas, con una altura muy baja, y es necesario agacharse para poder entrar. No tienen medios para subsistir: vinieron a Mumbai hace unos años, y aquí malviven, en chozas que apenas se nota que existen. Temen que las autoridades municipales los despachen de allí, y por eso se ocultan. Cortan hierba de campos vecinos para poder ganar una miseria diaria.

Esta zona tiene el nombre de Bhooth Pada ("lugar embrujado de espíritus"). Es como vivir en la prehistoria, en la edad de piedra. Después de visitarlos varias veces, escucharles y comprenderles, las Hermanas quieren ayudarles a mejorar su situación. Para que no les falten los alimentos básicos, las Hermanas dan a cada familia un lote mensual de arroz, aceite, trigo... Además, han acogido a los niños en los cercanos centros de Ankur y Dilkush, donde sus padres pueden ir a verlos. Por otro lado, no tienen luz, así que se les proporcionan lámparas solares que durante el día se caregan fuera de la choza, y por la noche les posibilita hacer la cena y que los niños hagan los deberes.

Un aspecto muy importante es el del agua: la almacenan en vasijas de barro, donde se contamina y los niños contraen enfermedades. Un joven zaragozano, Alvaro Rausell, lleva seis meses viviendo con las Hermanas, haciendo filtros de arcilla mezclada con otros elementos, que tienen la propiedad de purificar el agua dentro de las vasijas. Esto elimina las bacterias y desaparecen las diarreas de los niños. Ahora beben agua limpia y fresca. Esta idea se va a distribuir en forma de proyecto por varias zonas de chabolas en Mumbai y en poblados cercanos.

Fundación Juan Bonal y las Hermanas de la Caridad de Santa Ana quieren ayudar a estos adivasis y muchos otros de los alrededores, para que puedan tener una vida digna y puedan lograr que sus hijos tengan un futuro esperanzador.

Fundación Juan Bonal es expresión de solidaridad.

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