Madrina y ahijado, unidos por la solidaridad
24/01/2019
El joven Johan Sebastián Barragán es un adolescente feliz. Gracias al programa de Apadrinamientos de Fundación Juan Bonal, ha vencido todas las dificultades y sonríe al futuro, agradecido con la madrina que le tendió la mano.
Johan proviene de una familia con pocos recursos. Vive con sus padres y su hermano menor en Tolima, Colombia. Se trata de una familia católica, trabajadora y con muchos deseos de superación.
El joven ingresó en el programa de Apadrinamientos de Fundación Juan Bonal en 2007, inciando el tercer curso de Educación Primaria en la escuela rural del Instituto Núñez Pedrozo. Después estudió Bachillerato hasta el noveno curso en el mismo centro y, tras ello, pasó por recomendación de los profesores al centro Nomal Lozano Torrijas de Falan Tolima, dada su inclinación para la docencia, donde siguió los cursos décimo y undécimo. Se graduó con honores como Bachiller en el año 2015 y logró una beca nacional para ingresar en la Universidad Autónoma Nacional de Manizales.
Con mucho sacrificio, la ayuda de sus padres y algún dinero que le quedaba en su cuenta, proveniente de las aportaciones que su madrina Alicia le envió, logró instalarse en la ciudad de Manizales, para asistir a la Universidad. Hoy cursa el sexto semestre de los estudios de Ingeniería Electrónica.
En vacaciones, vuelve a ver a su familia y trabaja en labores del campo para ahorrar algo de dinero, que le ayude a sufragar sus gastos en la ciudad. Además, al igual que hacía cuando asistía al colegio, realiza trabajos para sus compañeros, lo que le aporta algún pequeño ingreso adicional.
Johan se siente muy agradecido con la Fundación Juan Bonal y su madrina. Cada vez que vuelve a la localidad en la que se formó, visita a las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, que le ayudaron con dedicación y cariño. Les cuenta acerca de sus luchas y éxitos en el estudio, y las Hermanas están convencidas de que llegará a ser un profesional muy brillante.
Hoy, su mayor deseo es poder ayudar a su hermano menor, que está cursando el noveno grado, para que siga sus pasos y logre también alcanzar sus sueños.
Johan es un ejemplo de tantos miles de niños que, gracias al programa de Apadrinamientos de Fundación Juan Bonal, logran vencer la adversidad y superar la falta de recursos. Consiguen desarrollarse con dignidad hacia su vida adulta, sintiendo el apoyo y el cariño de sus padrinos, del equipo de la Fundación y de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana.
Fundación Juan Bonal es expresión de solidaridad.
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