El impulso de la solidaridad
18/04/2018
Divina Murillo es una persona solidaria e inquieta, siempre dispuesta a tender una mano al prójimo. Es una de esas personas desconocidas que, con sus aportaciones, ayuda a cambiar el mundo. Forma parte de todo el conjunto de voluntarios que, día a día, trabajan en silencio por los demás.
Ha colaborado con diferente entidades sociales, y es voluntaria en el Departamento de Apadrinamientos de Fundación Juan Bonal. Ella misma tiene en la actualidad varios niños apadrinados, y no hace mucho sintió de nuevo el impulso de la solidaridad.
Durante el transcurso de su trabajo, un día estaba revisando e introduciendo datos en las fichas de los niños que Fundación Juan Bonal y las Hermanas de la Caridad de Santa Ana atienden en sus diferentes misiones, repartidas por todo el mundo. Una de las fichas correspondía a una niña de Manila, en Filipinas, y su familia.
Leyó algunos datos y descubrió los sueños de esa niña que, a su vez, le recordaron algunos sueños de su propia niñez. En la ficha se indicaba que la niña, llamada Julienne, era muy aplicada en los estudios: todos los años gana medallas como estudiante de honor, y además quería estudiar y cursar una carrera en la universidad.
Divina sintió una punzada en su interior y, conmovida, se dijo a sí misma que debía ayudar a Julienne. Al día siguiente, después de comunicárselo a su marido, decidió apadrinar a la niña. Hoy, Julienne tiene cubiertas sus necesidades y cuenta con unas esperanzas de futuro que antes no tenía.
Miles de personas se convierten día a día en padrinos y madrinas de niños que sufren la necesidad, y que gracias a ellos ven cómo sus expectativas crecen y pueden mantener el optimismo, recuperar su infancia y mirar hacia adelante, librándose de las duras carencias gracias al cariño de sus padrinos y las Hermanas.
Así, cada día es un gesto en el que la solidaridad permite que todos seamos un poco más iguales y haya más dignidad y amor en nuestro mundo.
Ayúdanos a ayudarles.