Fundación Juan Bonal se une a la celebración del Día Internacional de los Mayores.
28/09/2017
El día 1 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas de Edad, con el objetivo de concienciar acerca de los estereotipos negativos y las ideas falsas acerca del envejecimiento, y luchar contra la discriminación de las personas mayores.
Cada día, se produce con mayor frecuencia la discriminación en base al envejecimiento, e incluso se producen situaciones de abandono y maltrato a los mayores que no son admisibles, dentro de una actitud basada en una supuesta norma social aceptable. Así, se produce una devaluación de las personas mayores que les excluye y les roba la dignidad.
En 2014, una resolución del Consejo Económico y Social reconoció la discriminación y marginación por envejecimiento, que limita su potencial de desarrollo, su salud y su bienestar. Además, limitar los derechos de las personas mayores dificulta su contribución a la vida social, económica, cultural y política.
El papa Francisco es un gran defensor de los ancianos, y los considera víctimas de nuestra cultura. En la encíclica Amores Laetitia se incluyen algunas ideas fundamentales sobre el respeto a las personas mayores.
- "No me rechaces ahora en la vejez, me van faltando las fuerzas, no me abandones» (Sal 71,9). Es el clamor del anciano, que teme el olvido y el desprecio. Así como Dios nos invita a ser sus instrumentos para escuchar la súplica de los pobres, también espera que escuchemos el grito de los ancianos. Esto interpela a las familias y a las comunidades, porque la Iglesia no puede y no quiere conformarse a una mentalidad de intolerancia, y mucho menos de indiferencia y desprecio, respecto a la vejez. Debemos despertar el sentido colectivo de gratitud, de aprecio, de hospitalidad, que hagan sentir al anciano parte viva de su comunidad. Los ancianos son hombres y mujeres, padres y madres que estuvieron antes que nosotros en el mismo camino, en nuestra misma casa, en nuestra diaria batalla por una vida digna. Por eso, ¡cuánto quisiera una Iglesia que desafía la cultura del descarte con la alegría desbordante de un nuevo abrazo entre los jóvenes y los ancianos!.
- San Juan Pablo II nos invitó a prestar atención al lugar del anciano en la familia, porque hay culturas que, como consecuencia de un desordenado desarrollo industrial y urbanístico, han llevado y siguen llevando a los ancianos a formas inaceptables de marginación. Los ancianos ayudan a percibir la continuidad de las generaciones, con el carisma de servir de puente. Muchas veces, son los abuelos quienes aseguran la transmisión de los grandes valores a sus nietos, y muchas personas pueden reconocer que deben precisamente a sus abuelos la iniciación a la vida cristiana. Sus palabras, sus caricias o su sola presencia, ayudan a los niños a reconocer que la historia no comienza con ellos, que son herederos de un viejo camino y que es necesario respetar el trasfondo que nos antecede. Quienes rompen lazos con la historia tendrán dificultades para tejer relaciones estables y para reconocer que no son los dueños de la realidad. Entonces, la atención a los ancianos habla de la calidad de una civilización. ¿Se presta atención al anciano en una civilización? ¿Hay sitio para el anciano? Esta civilización seguirá adelante si sabe respetar la sabiduría, la sabiduría de los ancianos.
Fundación Juan Bonal se alinea completamente con la reflexión del Pontífice y el espíritu de la celebración del Día Internacional de las Personas de Edad. Desde sus inicios, las misiones que las Hermanas atienden en todo el mundo han prestado especial atención a los más vulnerables, que suelen ser los niños, mujeres, enfermos y, por supuesto, los ancianos.
Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana mantienen centros de atención específica al anciano en Asia, América y Europa, como el ancianato de Vera de Moncayo, el de Matagalpa, en Nicaragua, o el de Chimichagua, en Colombia, que ofrece una atención integral al anciano. Además, existen otros centros de atención general sanitaria y de acompañamiento a las personas en todo el mundo, que no dejan de asistir a las personas mayores, día a día.
El ancianato de Chimichagua, en Colombia, es un buen ejemplo del servicio que Fundación Juan Bonal y las Hermanas de la Caridad de Santa Ana prestan a los mayores.
La misión se inició en 1969. Llegaron a la población, por petición del párroco, Padre Raimundo Ríos Navarro. Por medio de un proyecto de cooperación, se creó un restaurante para dar de comer a las personas de mayor edad, que no pueden trabajar y no disponen de recursos.
Pero, más allá de atender su correcta nutrición, en el ancianato se les acompaña y se les permite vivir su vida con dignidad.
En este tipo de centros, las Hermanas cubren las necesidades del anciano, proveyéndole de cuidados nutricionales, sanitarios y sociales: todo lo necesario para conservar su dignidad y optimismo, y poder disfrutar de la vejez con una sonrisa.
Fundación Juan Bonal se une al mensaje evocado en este Día Internacional de los Mayores, haciendo una llamada de atención a la necesidad de cuidarles, atenderles y aprender de ellos, sin dejar de tenderles la mano y aprovechar su experiencia y sabiduría.