"Cuando el cielo llora, los Mumbaikars de Mumbai brillan".
15/09/2017
Este mensaje nos daba Sobha De, una periodista de Mumbai. Mensaje que hacemos muy nuestro, porque es la realidad palpable en todas las desgracias que ocurren en esta gran ciudad .
En pleno festival del Gampati Bappa, deidad adorada de Mumbai que los hinduistas celebran estos días, y a cuya imagen acudían implorando que salvara a la ciudad de este gran diluvio ocurrido, y en un lugar muy cercano de donde el gran Ganesh preside durante diez días, el Bhendi Bazaar, un edificio de más de cien años, se desmorona llevándose con sus ruinas más de treinta muertos. Tragedia tras tragedia.
Cuando la situación solo es para llorar, los Mumbaikars prácticos confían en sí mismos y se centran en lo que pueden hacer para salvarse a sí mismos y ayudar a sus semejantes durante una catástrofe. Ésta es, sin duda, una actitud admirable. Bien sean “las bombas en los trenes”, los “asedios de la ciudad por terroristas”, los diluvios del Monzón... Mumbai no se paraliza.
A diferencia de lo que ocurre en otras ciudades en tiempo de calamidades, los Mumbaikars no hacen su botín, robar, saquear y tomar ventaja de un desastre natural. En lugar de un estallido de violencia, nuestra ciudad fue testigo de un brote de amor. Y los actos de generosidad, incomparables; cómo extraños tendieron sus manos para ayudar a los necesitados. Los templos, iglesias, mezquitas se abrieron de par en par para albergar a los retenidos por las aguas que no podían llegar a su destino. De las chabolas inundadas salían mujeres con té y viandas para todos cuantos podían ayudar.
“Juntos nos salvamos” fue el grito de guerra de cómo la metrópoli, una vez más, estuvo a la altura magníficamente. No tan sorprendentemente: eran nuestra gente de barrios pobres, de los slums, que de corazón dieron la bella nota de armonía y humanismo.
Hna. Primi Vela