La Hermana Mari Cruz Cordovilla: 93 años de amor, bondad y servicio.
27/06/2017
La Hermana Mari Cruz tiene 93 años, y ha pasado 62 en las misiones que las Hermanas de la Caridad de Santa Ana atienden en Venezuela. Ha sido administradora del Colegio El Pilar durante 60 años, y su lema es "dar amor, bondad y servicio, y olvidarse de todo lo demás".
Allí también hay una Casa de Hermanas mayores, de la cual es sacristana y la encargada de conseguir el pan todos los días. La Hermana Mari Cruz acude cada mañana a una panadería social, para lo que debe coger 3 autobuses de ida y otros tantos de vuelta, hasta que llega al barrio de los Lanos, en San Bernardino, donde es necesario esperar colas de 5 ó 6 horas en las que unas 2000 personas cogen número para ser atendidos. El máximo que se permite adquirir es de 2 panes por persona, y la Hermana Mari Cruz debe obtener pan para 20 Hermanas. Cada barra cuesta 2000 bolívares, y el suelo mínimo es de 40000 bolívares mensuales. La Hermana Mari Cruz dice: "como Dios me da el tiempo gratis, a mí no me duele esperar".
Cuando la gente la ve llegar por la calle, le piden contentos su bendición y desde los balcones le dicen que "usted es de nosotros".
La Hermana Mari Cruz nos habla acerca de la situación del país, que conoce bien tras más de seis décadas allí. Lo resume con la frase: "el hambre es canina". Recuerda cómo una profesora se vio un día incapaz de dar clase a sus alumnos porque llevaba dos días sin comer. También recuerda cómo la gente suele buscar en la basura, abriendo las bolsas, y un día vio cómo un hombre iba a utilizar los desperdicios crudos de un pollo para alimentar a su perro, y una mujer acudió a pedírselos, y se los comió allí mismo, sin cocinarlos.
Además, la violencia se ceba en las calles. El dicho popular es "mata y luego averigua". El país se convierte así en un lugar en el que las dificultades acaban a menudo con la felicidad y la esperanza.
Las Hermanas también pasan hambre; la Hermana Mari Cruz ya ha perdido 13 kilos. La gente acude a su casa para pedir comida, y las Hermanas les dan la que tienen para ellas.
Los niños nacen y mueren enseguida, porque las madres no se alimentan y las criaturas naces sin energía. Los médicos se sienten desesperados: en los hospitales no hay gasas, agujas, nada. Lo que se acaba, se acaba. Y sólo el Gobierno puede importar mercancías, de manera que no entran nuevos aprovisionamientos. Falta hasta lo más básico: no hay café, arroz, azúcar, leche...
La Hermana Mari Cruz dice que la iglesia tiene que meterse en los barrios y ayudar a todas las personas en situación de necesidad. Dice que el carisma de la Congregación es la caridad, y que la caridad es universal: su misión es "ayudar al otro".
La Hermana tiene también algunos mensajes para nosotros. Nos dice que pensemos primero en los pobres, porque necesitan más que los demás. Nos invita a no pensar tanto en el dinero, porquesi nos desprendemos de él, Dios nos lo da por otro lado. Y afirma que, cuando nos desprendemos de lo nuestro por los demás, lo regalado se multiplica, porque Dios es más generoso que nosotros.
Ella es un ejemplo de entrega y sacrificio por los demás, de amor al prójimo y de humildad. Un ejemplo del espíritu que guía a todas las Hermanas de la Caridad de Santa Ana que ofrecen sus vidas al servicio de las misiones que atienden en los lugares más necesitados del planeta.