Padrinos por la discapacidad.
31/08/2016
Las cifras de los informes mundiales de la UNESCO indican que 200 millones de niños sufren algún tipo de discapacidad. Los niños con formas únicas o múltiples de trastornos físicos, mentales, intelectuales o sensoriales pueden quedar discapacitados si los obstáculos ambientales y las actitudes les deniegan sus derechos humanos, dificultan su acceso a los servicios básicos y les excluyen de una participación igualitaria.
Las realidades de la discapacidad son alarmantes en todas las partes del mundo. La legislación, las políticas y las actitudes que no reconocen la capacidad jurídica de los niños con discapacidad son factores que agravan su discriminación y la exclusión de la sociedad, y aumentan su vulnerabilidad a la violencia, el abuso y la explotación.
El modelo social de la discapacidad y de Protección del Niño de UNICEF reconoce que los sistemas de protección de la infancia deben fortalecer la participación, el desarrollo y la inclusión de este grupo de niños y sus cuidadores, así como abordar las actitudes y percepciones sociales. La discapacidad se aborda en el contexto del enfoque general de los sistemas de protección de la infancia que permiten reflejar la interacción dinámica entre otras necesidades de protección, en lugar de tratar la discapacidad de forma aislada.
Fundación Juan Bonal se halla firmemente comprometida con todas las personas vulnerables en todo el mundo, y especialmente con los niños, pero más aún si sufren algún tipo de discapacidad. Bajo el lema "Padrinos por la Discapacidad", el programa de acción de la Fundación impulsa la sensibilización hacia este gran colectivo y sus necesidades. Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana atienden numerosos centros en los 5 continentes en los que se atienden y completan las oportunidades de desarrollo de estos niños. Los padrinos y madrinas sensibles hacia sus ahijados con discapacidad son el motor que permite tender un puente de esperanza entre los menores y su futuro, en igualdad con el resto de personas que no sufren discapacidad.
Especialmente importante es, por ejemplo, el centro de Elsie Gaches, en Filipinas, donde cientos de menores que padecen diversos trastornos del desarrollo, psíquicos y físicos son atendidos día a día. Enfermedades que van desde la hidrocefalia hasta el retraso mental o el autismo no son ya un obstáculo para que estos niños puedan sonreír y encarar su futuro con optimismo.
Ayúdanos a ayudarles.
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