Un hogar para Aboubakar y los jóvenes en Costa de Marfil.

29/06/2016

La casa que empezó a construirse para albergar los sueños de Aboubacar ya es una realidad.
Hace tiempo, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana conocieron el caso de Aboubacar: necesitaba un hogar. Él y otros jóvenes como Abou. En la misión los sueños crecen rápido, y pronto se pusieron manos a la obra para llevar éste a cabo.

El objetivo era ofrecer un hogar a Aboubacar, pero más tarde se amplió, según las Hermanas iban avanzando y pensando: la casa, construída en el terreno de los padres de Aboubakar, sería "una casa familiar", para los chicos que estuvieran en condiciones semejantes a las de Abou.
El primero fue Kolo, que ha terminado estudios de contabilidad. Siempre se ha llevado muy bien con Aboubakar, y juntos se dan seguridad, pues la casa queda al extremo del barrio: es la última casa, por el momento.
Otro chico es Adama, un joven cuya imagen queda en la retina de las Hermanas: camiseta azúl, sentado en el suelo y con la vista baja.
Hoy están ya allí, en su casa. Trabajan para pasar las cosas que necesitan y ordenarlas bien. La mujer de Aboubakar es una chica a quien le gusta tenerlo todo muy limpio, y ellos se encargan ahora de retirar todo lo que dejaron los albañiles.
Aboubakar le ha hecho una cama a Kolo con trozos de maderas que dejaron los albañiles al marcharse. También están haciendo las puertas interiores entre los dos, porque para hacer grande la casa sólo se pusieron las puertas y ventanas externas.
Las Hermanas repiten mil veces "gracias", y que a todos allí les parece un milagro.

Desde Costa de Marfil, la Hermana Angela envía su agradecimiento a todos los que hicieron posible este sueño.

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