Expresión de solidaridad

Viviendas móviles para los desplazados en la India.

19/06/2015

19/06/2015 Viviendas móviles para los desplazados en la India.

Fundación Juan Bonal, a través de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, está implementando un proyecto urgente en la India. En los slums de la gran ciudad, muchos pobres están siendo expulsados y desplazados, quedando entonces a la intemperie y sin recursos. No pueden disponer de un hogar porque son desplazados periódicamente.

Las Hermanas quieren ayudar a estas personas que se hallan bajo el umbral de la pobreza. Han organizado la provisión de tiendas de campaña militares, que sirvan de hogar y, además, puedan ser trasladadas cuando se produzca el siguiente desalojo. Así, estas personas tendrán  un lugar en el que guarecerse.

Las tiendas de campaña estilo militar-casa, son resistentes al agua, de tres metros por cuatro. La tela de la tienda es sólida, una doble tela, blanca por dentro. Las construye M.M.THAKKAR & CO., de Mumbai (www.mmthakkar.com). La idea es que las víctimas de esta situación de pobreza extrema puedan, al menos, llevarse la tienda doblada cuando sean desplazados, y colocarla en otro sitio. De ese modo, no quedan sin techo.

 

Las especificaciones de la tienda son :
Resistente al agua, con marco de bambús y otros accesorios
Tamaño de 10 pies por 13 pies
Altura de las paredes: 6 pies
Altura centro techo: 9 pies
Tela canvas con cuatro ventanas y protección de mosquitos
Color blanco interno, y verde exterior

Es la solución para estas familias de los slums. El coste por tienda es de 16.000 rupias, más 2.000 rupias de tasas que hay que pagar al Gobierno: en total, 18.000 rupias indias, el equivalente a 260 euros cada una. Son de muy buena calidad.

Cuando reciben estas viviendas, los beneficiarios se comprometen a escolarizar a sus hijos. Además, las mujeres también se comprometen a asistir a las clases de alfabetización que las Hermanas de la Caridad de Santa Ana han organizado.

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Carta de la Hermana Primi Vela, desde la India.


LA SOLIDARIDAD ES LA TERNURA DE LOS PUEBLOS
 
No hay lugar más feliz que el Hogar. El Hogar es donde hemos nacido y crecido, donde hemos aprendido nuestras primeras lecciones y encontrado amor, intimidad y seguridad. No hay sitio bajo el cielo más dulce que el Hogar .

El Hogar es el padre y la madre, y los hermanos, pero es también la cocina y la mesa. Es también las paredes y el techo, y quizás también el balcón.  El Hogar es el lugar donde nos hacemos humanos y vivimos con dignidad. No hay cosa más bella para la vida que el recuerdo de un buen hogar.

Vivienda digna se considera la que, además de tener un espacio habitable en que todas las personas que viven allí puedan protegerse de los factores naturales, frio, lluvias, sol, vientos, tengan un mínimo de acceso a servicios básicos, como agua potable, electricidad y aguas negras.

Hay millones de seres humanos que llaman “hogar” a dos metros cuadrados de terreno, chabola hecha de barro, tela de saco, ladrillos viejos y rotos, hojalatas... Chabolas amontonadas donde la intimidad, el desahogo, la tranquilidad no existen. Son los llamados “slums” que ocupan, por lo general, terrenos ilegales y los peores sitios en las ciudades.

Cinco millones de personas venidas de toda la India se amontonan en los “slums” de Mumbai.

COMPARTIENDO NOS HACEMOS HERMANOS. COMPARTIENDO CRECE LA GRAN FAMILIA.

La verdadera solidaridad está fundada, principalmente, en la igualdad universal que une a todos los hombres. La solidaridad trasciende a todas las fronteras: políticas, religiosas, territoriales, culturales... para instalarse en el hombre, en cualquier ser humano, y hacer sentir en nuestro interior la conciencia de una “familia” al resto de la humanidad.

Ello implica afecto, compasión, porque la solidaridad es un sentimiento que orienta el modo de ver y acercarse a la realidad humana y social, condiciona su perspectiva y horizonte. Supone ver las cosas y a los otros con los ojos del corazón, mirar de otra manera. Conlleva un sentimiento de fraternidad, de sentir la empatía por el dolor de los otros y hacer lo posible para aliviarlo. La solidaridad reconoce al otro en su dignidad de persona. La solidaridad así tiene rostro: la presencia del otro demanda una respuesta.

La solidaridad es contraria al individualismo y al egoísmo. Te coloca en el lugar del otro. Hay que ser solidarios porque es lo justo, porque todos vivimos en una sociedad, porque todos necesitamos de todos, porque todos estamos juntos en esta gran barca de la civilización. Porque somos seres humanos, iguales en dignidad y derechos.

Si no hacemos nuestra la esperanza de los pobres, ¿por qué esperanza luchamos?

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Ayúdanos a ayudarles.
Si quieres colaborar con este proyecto, llama al 976 40 45 95 y haz un donativo. Ofrecerás un techo a los que no tienen nada.


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