La defensa de la dignidad humana, a través de la salud
12/02/2024
El 11 de febrero se conmemora la Jornada Mundial del Enfermo. Esta celebración sirve para recordar la realidad que afronta la persona que vive con la enfermedad, sus necesidades y anhelos, y la importancia de estar a su lado y hacerle sentir el apoyo y acompañamiento.
La enfermedad deshumaniza, y nos iguala a todos. Es por ello vital para todos los seres humanos y una característica de las sociedades avanzadas que el enfermo reciba un trato justo, cálido, atento y humano.
El Papa Francisco, con motivo de esta conmemoración, ha querido lanzar un mensaje, en el que recuerda el versículo "No conviene que el hombre esté solo", (Gn 2,18), expresando su convicción de que hemos sido creados para estar juntos, no solos, y que esto es especialmente importante "en tiempos de fragilidad, incertidumbre e inseguridad, provocadas, muchas veces, por la aparición de alguna enfermedad grave".
Además, ha querido recordar dos situaciones que han tenido, y tienen aún, una gran impacto sobre las personas. En primer lugar, a quienes sufrieron la enfermedad durante la pandemia de Covid-19, al personal sanitario sobrecargado de trabajo, a quienes no podían recibir visitas y a quienes debieron afrontar solos la hora de la muerte, pero lejos de sus familias. En segundo lugar, al sufrimiento de quienes sufren las heridas y la enfermedad a causa de la guerra y sus trágicas consecuencias, afirmando que "la guerra es la más terrible de las enfermedades sociales y son las personas más frágiles las que pagan el precio más alto".
Fundación Juan Bonal y las Hermanas de la Caridad de Santa Ana trabajan día a día por los más desvalidos y vulnerables, a través de sus misiones repartidas por todo el mundo. En muchas de ellas se atiende la salud, como requisito básico para defender la dignidad de la persona. Por medio de hospitales, clínicas, dispensarios médicos, consultas, comedores nutricionales y otros centros sanitarios, salvaguardan la salud de las personas: evitan que muchas de ellas contraigan enfermedades y logran tratar a las que ya las han contraído, aportando soluciones para un aspecto que, en muchos lugares del planeta es difícil de lograr, dados los escasos recursos con los que se cuenta.
Algunos de estos centros son la única esperanza para muchas comunidades, que no pueden acceder a ningún otro tipo de atención sanitaria. Para todos ellos, la presencia de las Hermanas es vital y logra salvar vidas y mejorar la calidad de muchísimas otras. La labor y el esfuerzo de las Hermanas es una lucha por la persona, y el trabajo diario en estos centros es una acción permanente en línea con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por Naciones Unidas, en especial el número 3 (salud y bienestar).
Fundación Juan Bonal es expresión de solidaridad.
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