Salud y bienestar: un derecho fundamental que es la base para todos los demás
04/10/2023
Las Naciones Unidas establecieron una lista de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, como estrategia a nivel mundial para defender los valores más importantes de las personas y afrontar los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad. El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 3 se llama "Salud y bienestar". Su razón de ser es garantizar una vida sana y promover la salud y el bienestar de todas las personas.
Tras la pandemia global, lograron grandes avances en este ámbito, aumentando la esperanza de vida y reduciendo algunas causas de muerte comunes que están especialmente asociadas con la mortalidad infantil y materna. Pero todavía queda mucho por hacer. Es necesario seguir trabajando para erradicar por completo muchas enfermedades y problemas de salud que siguen presentes. Hacerlo significa salvar muchas vidas y mejorar la calidad de muchas otras.
Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana y Fundación Juan Bonal desarrollan su labor, teniendo muy en cuenta este objetivo. En los cientos de centros que atienden e impulsan, en especial los que se ubican en África, Asia y América, el valor de la salud cobra un significado fundamental. Ellas saben que la salud y el bienestar es el primer paso. Por ello, trabajan conjuntamente con médicos, enfermeras y el resto del personal sanitario y voluntario para tratar de alcanzar este objetivo.
Los centros y misiones de las Hermanas prestan una intensa atención a diversas áreas de gran importancia y a colectivos que presentan una vulnerabilidad específica. La primera necesidad a cubrir es la de garantizar que las personas reciban una adecuada alimentación. Los centros nutricionales y comedores permiten nutrir correctamente a comunidades pobres o sin recursos. A través de estos centros, muchos miles de personas reciben, cada día, agua y comida en condiciones dignas, lo que garantiza este mínimo de supervivencia y evita otros problemas graves asociados a la malnutrición o la desnutrición.
La atención sanitaria que originan las Hermanas se extiende después a otros ámbitos de la salud: promueven e impulsan la detección y tratamiento de enfermedades, acercamiento a quienes viven en lugares más alejados y desatendidos, suplir la falta de atención médica y de medicamentos que se produce en muchos lugares, contribuyen a la lucha contra enfermedades como la malaria, el paludismo, fiebres o el SIDA, ayudan a amortiguar su impacto y defender a la población de sus nocivos efectos. Desarrollan servicios tan importantes como el seguimiento de las madres gestantes.
Gracias al trabajo de las Hermanas y a los resultados combinados de éstas y otras líneas de acción, se consigue elevar el estado de salud y la calidad de vida de miles de personas en todo el mundo. La Congregación y la Fundación son conscientes del valor y la importancia de la salud, tienen su defensa como una prioridad y dedican todo el esfuerzo posible a su promoción y mejora. El resultado es un mundo más humano, donde se devuelve la dignidad a la persona y se protege el aspecto más básico de su existencia, que determina sustancialmente su experiencia de vida.