Filipinas, dos meses después del tifón que devastó el país, en los ojos de Fundación Juan Bonal.
07/02/2014
El 3 de Noviembre del 2013 será una fecha difícil de borrar de la memoria de Filipinas.
El instituto Meteorológico Filipino (Pagasa), iba anunciando en días anteriores la llegada de un Súper Tifón al Archipiélago. Lo que nunca se imaginó fue la proporción de su fuerza devastadora. Los fuertes vientos huracanados llevaron por los aires tejados y las casas más vulnerables construidas tan solo con Nipa y Bambú, según costumbre del país. Esos mismos vientos crearon grandes olas que entraron en tierra, cual tsunami, arrasándolo todo y llevándose vidas consigo.
La generosidad y solidaridad de la gente hizo que empezaran a llegar ayudas. Durante aquellos días se hablaba en todo el mundo del tifón “Haiyan”, al que en Filipinas se le dio el nombre de “Yolanda”.
Han pasado dos meses, y como sucede en estos casos, ya no es noticia internacional, pero la realidad es que hay miles de familias que lo han perdido todo, su casa, su medio de vida, y lo que es más triste, seres queridos. En este contexto, y gracias a las ayudas que mencionaba anteriormente, y en concreto a la recibida a través de la Fundación Juan Bonal, en este preciso momento estamos llevando a cabo un Proyecto de construcción de 36 barcas con sus redes y ayuda a doce familias más que ya tienen su barca pero a una les falta la red, a otras el motor… El Proyecto se lleva a cabo en la localidad de San Dionisio. El otro día visitamos el lugar. Está situado a 3 horas de nuestra Comunidad de Miag Ao, en el lado Oriental de la Isla de Panay en Visayas. De camino hacia la zona, aún estaban patentes los efectos del Súper tifón: cocoteros casi sin ramas que han quedado en la dirección que llevaba el viento, casas, escuelas, dispensarios, Iglesias, destruidas o semidestruidas…
En San Dioniso conocimos una bebé de dos meses que nació justo en medio de ese tifón. Todo un símbolo de vida, de esperanza. De lo que es este pueblo, esta gente. Si algo caracteriza a los filipinos es su capacidad de resiliencia, de no venirse abajo, de seguir sonriendo y caminar hacia adelante a pesar de lo difícil de sus vidas. Y es que Filipinas, por su situación geográfica, es una zona azotada con frecuencia por tifones y terremotos, ya que está situada en el llamado “Cinturón de Fuego del Pacífico”. Quiero recordar que en Octubre un terremoto azotó las Islas de Cebú y Bohol, dejando muertos y casas destruidas.
En este momento, en Mindanao 40 personas han perdido la vida y cientos han tenido que abandonar sus casas inundadas por el agua debido a otro tifón.
Esta es la realidad de este país. La escena se repite cada año, sobre todo en la época de lluvias.
Filipinas es un país de contrastes. Conviven los grandes edificios o mansiones con el chabolismo. Frente una minoría privilegiada, está la mayoría que vive con lo necesario o menos de lo necesario. Los salarios son muy bajos y no se corresponden con los precios. La mayoría de la población infantil sufre desnutrición.
La asistencia sanitaria no es gratuita, por lo cual, cuando llegan enfermedades graves, hay mucha gente que muere por no poderse costear el tratamiento.
Tampoco existe una educación totalmente gratuita. Hay aún niños que están sin escolarizar, niños que trabajan para contribuir a la maltrecha economía familiar.
En esta realidad, desde el año 1990, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana nos hacemos presentes a través de 9 Comunidades. Trabajamos en la educación y en la promoción social con los indígenas, ancianos y con niños con necesidades especiales.
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Ayúdanos a ayudarles. Colabora con nosotros, puedes ponerte en contacto con la Fundación a través de las siguientes direcciones de correo:
eva@padrinos.org
proyectos@fundacionjuanbonal.org
También puedes realizar una donación para Filipinas en las cuentas bancarias:
Ibercaja
2085-0129-03-0330053678
Banco Popular
0075-0006-04-0702713158
Tú puedes cambiar sus vidas.